Acoso en el trabajo


La consulta realizada en un buscador cualquiera como google, que hace que acudan más personas a mi blog es…

 

 

 

 

 

 

A que no aciertan…

 

 

 

 

 

 

 

Acoso en el trabajo.

 

 

Eso quiere decir que es un problema real. Que la gente necesita respuestas. Intentaré hablar, más sobre ello e invito a Miguel Angel y a Javier a hacerlo también. Es otro tema interesante y espinoso.

Bueno, la gripe A se lleva la mayor parte, pero como son muchas las entradas que he hecho sobre el tema…

Creo que es mucho más preocupante (HOY, Juana, hoy) el acoso en el trabajo. Conozco casos cercanos y por profesión. Intentaré hablar de ello, guardando la confidencialidad debida.

Acerca de Rafael

Médico del Trabajo y Médico de Familia. Del Atleti. Padre de 3 asombrosos hijos. Nunca dejes de Soñar.
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15 respuestas a Acoso en el trabajo

  1. Javier Peña Mateos dijo:

    Hola, RafaelT
    Por favor, déjame tus señas en jpenamateos@yahoo.es para enviarte las ponencias del Congreso de la AEEMT. Te lo decía en el blog de Miguel Angel Daniel pero así me aseguro que te llega
    Un saludo

    Javier

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  2. Ángel dijo:

    Estaré «al loro», Rafa.

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  3. Rafael T. dijo:

    Gracias a ambos. Hablamos de acoso? Es una plaga, mayor, en mi opinión, de lo que se cree.

    Javier: mi correo: icaro@inicia.es. Mañana te mando otro.

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  4. Javier Peña Mateos dijo:

    Hola
    Me has tocado la fibra sensible, Miguel Angel: a mi Piñuel no me merece respeto alguno. ¿No dijo que el 10% de los suicidios en españa se deben a acoso laboral? es el tipo con menos rigor que he encontrado en mucho, mucho tiempo
    En la empresa privada no ocurre porque el acoso repercute directamente en una mala gestión de la misma, con importantes repercusiones tato económicas como sociales. Por resumirlo: los trabajadores pagan mi sueldo y mi tarea consiste en mantenerles operativos, no hacerles daño. Si en mi empresa se descubre una situación de acoso por una erróneo sentido de la autoridad o porque alguien es un cabrón, le crujen.
    En la administración pública da igual, porque no importa que funcione o no. El sueldo le pago yo con mis impuestos y no puedo cambiar de proveedor de servicios, así que tranquilos.
    Un saludo

    Javier

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  5. Alain Ochoa dijo:

    El tema me parece interesantísimo y espero más post sobre ello.

    Pero perdonad una cosa: en la empresa privada sí hay acoso laboral, y mucho. Javier Peña, tu tesis sobre por qué no ocurre en la privada sólo es cierta en un modelo de estudio ideal. En la empresa privada de verdad, un mal gestor muchas veces no acaba despedido. Todos conocemos a los típicos «corchos».

    Lo que pasa probablemente es que se denuncia menos que en la Administración pública por miedo al despido fulminante del empleado quejoso. Por eso tal vez esa sensación de que ocurre sobre todo entre funcionarios.

    Pero yo conozco casos muy cercanos y muy sangrantes y de verdad estoy deseando que se hable más sobre el particular…

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  6. Rafael T. dijo:

    En primer lugar deberíasmos distinguir entre acoso laboral y sexual, entre otros. El acoso laboral es más frecuente en la administración pública porque no se puede despedir a nadie.

    La solución es fácil: le hago, hacemos la vida imposible, hasta el punto que coge la baja e incluso con el tiempo o se jubila u obtiene una Incapacidad Permanente, y tenemnos un puesto libre. Y como digo muchas veces: NADIE VA A LA CARCEL.

    Para mí lo peor es que solo se puede demostrar acoso si hay daño psicológico.

    Lo cierto es que es muy difícil demostrarlo, pero hay sentencias.

    EL acoso sexual se da, mucho, en los dos ámbitos. Creo que más en el privado, por lo contrario: porque nadie habla por miedo al despido.

    Lo cierto es que lo sabe todo el mundo, el culpable es conocido por mujeriego. Va con «mujeres alegres», rodeado de comerciales. Todos los saben. Sus superiores también. Pero no hace nadie nada. La chica acaba pidiendo la baja voluntaria, siendo despedida con dos duros de indemnización. Y siempre se sospechará que algo hizo para buscarse los favores del cabrón.

    Y tampoco nadie va a la cárcel.

    Yo sé de uno que le hicieron incluso jefe de recursos humanos después de varios casos. Çe la vie.

    Las empresas, Alain, en mi opinión, no tienen alma. Aunque todos decimos que están formadas por personas, con la excusa de que no imorta lo personal, se cometen barbaridades. Eso sí, honrados padres de familia, con hijos e hijas. Que van a Misa (ya sé que eso no asegura nada; de hecho lo empeora). Que son conocidos por hacer obras de caridad. Muy graciosos.

    Hijos de puta.

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  7. Alain Ochoa dijo:

    El problema creo que es el que comentas, Rafael, que nadie va a la cárcel. Yo he visto acoso laboral en la privada (no sexual) y tampoco se despide a nadie porque:
    a) No se denuncia
    b) Si se intenta es muy difícil probarlo
    c) El que acosa siempre lo hace desde una posición de fuerza, es decir, desde un cargo superior a la víctima. Y la empresa siempre creerá primero a uno de sus mandos.
    d) A veces, y es lo peor, los curritos tienen el cerebro tan lavado que lo asumen como un «es lo que hay» y renuncian por completo a hacer respetar sus derechos, las leyes o el sentido común.

    La solución no la sé, pero conocer más datos y definiciones del problema sí creo que es una labor social y educativa importantísima.

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  8. Javier Peña Mateos dijo:

    Hola
    En una empresa privada seria, con una buena estructura, estas cosas se deben descubrir y parar. Bastantes temas de discordia hay en una negociación entre el sindicato y la dirección de la empresa sobre temas que cuestan dinero (salarios, crisis económica, organización…) para tener que cargar con el cabrón de turno que se aprovecha de su poder.
    La descrición de RafaelT de la administración pública y su problemática es impecable, pero una parte importante del tejido industrial español son PYMES y ahí el escenario es diferente.
    Nos queda mucho por hacer

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  9. Rafael T. dijo:

    De acuerdo, en general, con vuestros comentarios. El problema es que las empresas, en mi opinión, prefieren acallar todo, aún a costa de despedir al acosado, que sancionar a naadie. Y eso pensando bien.

    En ocasiones el acoso no es más que otra técnica de librarse de personas, por cualquier motivo. Y cuando no lo es, simplemente se prefiere mirar a otro lado o, incluso, castigar al acosado.

    Cuando una organización hace lo que digo más arriba, y lamentablemente creo que es frecuente, los superiores y los iguales se convierten en acosadores, y la organización en tóxica, por utilizar un término que me gusta de alguien de quien tengo mis dudas. Esas organizaciones, formadas por personas, son odiosas, y merecen todo nuestro desprecio. Pero lo más importante: deberían ser castigadas, igual que se castiga la discriminación, o la propaganda fascista.

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  10. Javier Peña Mateos dijo:

    Hola
    En el congreso de Sevilla había una mesa sobre acoso desde la perspectiva de género. La discusión es si el acoso es un riesgo laboral o un delito.
    El acoso sexual es un delito (art 184 del CP).
    El problema es que el acoso laboral no tiene definición jurídica como tal y hay que tirar de la definición de acoso moral del artículo 173.1 del CP. Debería tipificarse y establecer los límites entre acosar y exigir a alguien el cumplimiento de sus funciones.
    Ya están tardando.

    Javier

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  11. Rafael T. dijo:

    Estoy de acuerdo contigo, Miguel Angel, pero para mí es como la prohibición de fumar en lugares con trabajadores: se podría aplicar el decreto de lugares de trabajo que dice que no puede haber nadie expuesto a productos tóxicos. Aún así, está permitido fumar en bares, donde hay trabajadores (cocineros, camareros, etc.).

    Sin duda debe ponerse una pena, como en el acoso sexual. Aun sabiendo que sea difícil demostrarlo. Pero se puede demostrar muchas veces.

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  12. Rafael T. dijo:

    Predomina la que se utilice. Y el decreto de lugares de trabajo no se emplea para el tabaco, luego no sirve.

    Yo tampoco creo que con leyes se arregle todo, y en España solemos hacer leyes incumplibles creyendo que así todo se arregla: son tan buenas, que no se pueden aplicar.

    Pero a veces se cuela alguna que se puede cumplir y lo más importante, nos podemos acoger a ella para mandar a la cárcel (o casi) a algún indeseable.

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  13. medex dijo:

    Coincido con Miguel Angel, es el mismo argumento que han seguido en EEUU para prohibir fumar en cualquier lugar público. En EEUU no se puede fumar practicaemente en nigún sitio………. las leyes se basan en que cuando uno fuma en un lugar donde hay otras personas está perjudicando la salud de estas, particularmente si esas personas trabajan en ese lugar y para ellas irse no es una opción…….
    La logica tambien es la misma que predicaba el cómico George Carlin………» tener una sección de fumadores en un bar, es como tener una sección de meadores en una piscina».

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  14. Javier Peña Mateos dijo:

    Hola
    La prueba de que la jurisprudencia es contradictoria en el acoso laboral es que las sentencias son dispares. La pregunta ¿donde está el límite entre exigir a alguien que haga su trabajo y acosar? es la clave y la respuesta no debe ser «opinable», porque esa es la argumentación del acosador. Sin esta línea bien clara, difícilmente podrá el médico valorador demostrar la relación de causalidad entre el ambiente de trabajo y el cuadro psiquiátrico (me quedo con el trastorno por estrés postraumático, CIE 10: F43.1), así como la proporcionalidad de la respuesta del paciente trabajador.
    Entiendo lo que decís y estoy de acuerdo en lo que se refiere a los mecanismos internos de la empresa para tomar medidas y la necesidad de una voluntad real de hacerlo. Sin embargo, jurídicamente no es fácil conseguir una condena en el marco actual y un cambio en este sentido nos ayudaría a concvencer a las empresas de la importancia del problema. Os vuelvo a comparar el acoso sexual con el laboral, en el sentido de que las respuestas de las organizaciones al acoso sexual son mucho más expeditivas.
    Un saludo

    Javier

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  15. Rafael T. dijo:

    Discrepo con tu opinión sobre el acoso sexual. No se le da ninguna importancia y las consecuencias son, casi sin excepción, al menos en la empresa privada, la salida de la acosada.

    En empresas grandes se han hecho protocolos, que en mi opinión, por lo que he visto, en general crean comisiones con poca capacidad de decisión ni de discriminación de la realidad.

    El acoso existe, y la simulación también. Como todo , el problema es distinguirlo.

    E insisto que para mí los problemas principales son el que haga falta que exista daño (si no sufre estrés post-traumático, coincido con Javier) no hay delito, y que no vaya nadie a la cárcel, desde el acosador, hasta sus superiores si lo saben (y lo suelen saber), el de recursos humanos, y hasta el Director General, si lo han conocido, consentido o mirado simplemente a otro lado.

    Como con todo lo relativo al trabajo, éste no puede, ni debe, ser una fuente de trastorno de la salud, ni física ni mental.

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